viernes, 1 de julio de 2011

Gallo Lolo descubre los restaurantes clandestinos

Hola chic@s!!

Hoy os voy a hablar de los restaurantes clandestinos. Mis mamis dicen que tienen pendiente de ir a uno de Barcelona. Que bien, a ver si me llevan!

Con clandestino me vengo a referir a que desde fuera no se sabe que se trata de un restaurante. Aquí en "Barna", hay un par de ellos: la Tintorería Don' tell, y el Chi-Ton. Con clandestino me vengo a referir a que desde fuera no se sabe que se trata de un restaurante.

El "Don't Tell", está oculto tras la fachada de la tintorería.


El espacio se divide en dos zonas diferenciadas: un lounge con pocos sofás y lámparas de araña y el comedor, con la cocina a la vista.


La carta tiene opciones más o menos creativas–por la mezcla de sabores o la preparación. Desde un risotto hasta un tataki de magret de pato, pasando por alguna ensalada y plato de pescado, es una carta variada con precios que rondan los 40 euros / persona.

El Chi-Ton está camuflado detrás de una típica tienda de souvenirs.


La experiencia que ofrece este restaunte es única, no sólo por su tratarse de un restaurante clamuflado y escondido al que es difícil de acceder si no eres miembro de Urban Secret o no tienes un amigo que lo es, si no también porque la propuesta gastronómica es innovadora y peculiar, ya que el restaurante está organizado en pequeñas islas de cocinas con las mesas para los comensales a su alrededor, para que no haya barreras entre el chef y los clientes, con la oportunidad de ver cómo cocina y de preguntarle lo que se te ocurra (al más puro estilo tempanyaki japonés), mientras degustas los platos que te sirven.

En Londres, los restaurantes clandestinos revelan su secreto paraje a través de Facebook, Twitter o mediante la blogosfera. Por ejemplo, The Rambling, te da pistas de cómo encontrarlo por e-mail, sin descubrirte su dirección física. Una vez allí, mesas compartidas disfrutando de la mejor comida inglesa.

Otras grandes capitales europeas, como Paris con su Hidden Kitchen –escondido en el piso de unos estudiantes- o Berlín, con el Shy Chef, una iniciativa de un sueco, que consiste, básicamente, en organizar cenas privadas en su piso, con menú cerrado y previo pago.


En Chile, un mensaje vía Twitter da la primera pista: "Cenalegre este sábado". Los primeros en responder aseguran una de las 14 sillas entre los comensales de la casona ubicada en el Cerro Alegre de Valparaíso. Más tarde reciben el detalle del menú y, de vuelta, deben enviar el comprobante del depósito con la mitad de la "contribución". De ahí en más, el resto sumaba al suspenso.
Chefs o aprendices del arte culinario abren las puestas de su casa o apartamento y muestran nuevas recetas a un selecto grupo de comensales.

Hasta pronto amig@s!!


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